Los racimos esterilizados pasan al desfrutador, el cual es un tambor con revestimiento tipo jaula que gira a 21 revoluciones por minuto (rpm) y en su interior los racimos golpean repetitivamente los barrotes longitudinales, generando el desprendimiento de los frutos del raquis o tusa.
En la etapa de digestión se macera la fruta y luego se extrae la fracción líquida de la masa de frutos, la cual se compone por aceite, agua y sólidos en suspensión. Como resultado también se obtiene la masa desaceitada (torta) que se compone por fibra y nueces. Esta torta pasa al proceso de desfibración, en el cual se separan sus componentes. La nuez se almacena para ser procesada en el área de trituración, mientras que la fibra pasa al área de caldera para ser usada como biomasa o combustible en la generación de vapor de agua.
En el proceso de clarificación se separa y purifica el aceite de la mezcla líquida extraída en las prensas, la cual contiene aceite, agua, lodos livianos y lodos pesados. El aceite crudo de palma (CPO) obtenido de este proceso es almacenado en los tanques superficiales de la planta, para su posterior despacho.
Las buenas prácticas empleadas permiten obtener aceite de palma de excelente calidad. En el 2024 cerramos con una acidez promedio de 2,22% siendo la más baja reportada en la zona oriental colombiana, según indicadores de productividad de Cenipalma.
Esta baja acidez se debe, principalmente, a que procesamos diariamente la fruta fresca cortada en la plantación, los bajos tiempos entre el corte y el procesamiento nos permiten generar un producto óptimo para nuestros clientes.
En las operaciones Vichada, estamos comprometidos con la conservación de los paisajes naturales y la biodiversidad, por lo que hacemos parte del Acuerdo Cero Deforestación en la Cadena de Aceite de Palma en Colombia,